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Odebrecht: constructora no ha sido sancionada por delitos admitidos

Se han interpuesto muchas solicitudes de compensación a países donde reconoció haber corrompido a funcionarios públicos, incluido el Perú.


La arquitecta brasileña Odebrecht ha empezado una campaña global no solo para recuperar su credibilidad mellada por los escándalos de corrupción que protagonizó, sino también para obtener indemnizaciones por más de US$1.625 millones, una cantidad que supera los US$788 millones que aceptó haber pagado en sobornos para obtener contratos en Argentina, Ecuador, México, República Dominicana, Venezuela y Perú, sin contar Angola y Brasil.


Concorde con un informe del colectivo internacional Investiga Lava Jato, constituido por periodistas de los países donde Odebrecht originó estragos, desde que la constructora brasileña aceptó haber abonado coimas millonarias, en el 2016, a la fecha la empresa no ha recibido el castigo de la justicia. Y, por el contrario, ha comenzado nuevamente a contratar con los diferentes Estados de los países donde sobornó a funcionarios públicos.



“En la mayoría de países analizados, fuera de Brasil, la compañía emblema de la corrupción en la región no ha pagado por hechos de corrupción que protagonizó ni con resarcimientos económicos a los Estados ni con castigos penales por los delitos admitidos”, indica el colectivo Investiga Lava Jato, del que forma parte la plataforma Convoca, del Perú.


Correspondientemente, como una incuestionable estrategia con la que busca minimizar al máximo el daño por haber aceptado sus delitos, reclama a las apelaciones judiciales para alcanzar millonarias indemnizaciones estableciendo supuestos incumplimientos.


“La compañía ha iniciado desde el 2018 demandas por US$1.625,5 millones contra Perú, Ecuador, México y Argentina. Si bien todavía no ha ganado ninguno de estos litigios, Odebrecht se ha ahorrado el pago de multas millonarias, mientras contrarrestar las acusaciones de corrupción con demandas civiles e internacionales”, designa el informe de investigación.





En el caso de nuestro país, la brasileña reclama US$1.200 millones por la suspensión del proyecto Gasoducto Sur Peruano. Con República Dominicana, Odebrecht pactó pagar una restauración de US$184 millones por haber desembolsado sobornos a administrativos públicos. Cuando solo había abonado US$60 millones, la constructora se declaró en bancarrota e inició una acción legal para no completar la suma acordada. Hasta el momento, le funciona la jugada.


Coincidentemente, en otros países, ya dio comienzo a contratar con los Estados: “En Brasil, Estados Unidos, Panamá y Perú, países en los que hemos registros convenios de colaboración, no solo nos hemos habilitado formalmente para operar y participar en licitaciones y contratos públicos, sino que hemos seguido trabajando y ya hemos ganado contratos con empresas privadas y públicas, generando empleo y demanda de servicios complementarios”, dijo Odebrecht al equipo de periodistas de Investiga Lava Jato. La constructora brasileña parece salirse con la suya.

El dato

Grave. En varios países, Odebrecht ha dejado obras públicas sin finalizar, como en Argentina, y en otros casos, como en Ecuador, construyó obras con serios problemas. Por lo fundamental, la brasileña agrandó los costos de los proyectos que ganó.



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