¿Es recomendable usar productos de "higiene femenina"?
Los llamados productos de higiene femenina, que incluyen diferentes tipos de lavados íntimos, toallitas, geles de afeitar y lubricantes, pero también duchas íntimas y productos para procedimientos de cuidados alternativos, como el vapor vaginal, son populares en muchos países del mundo a pesar de que sus efectos puede llegar a ser perjudiciales.
Sin embargo, algunos médicos han venido subrayando los riesgos potenciales de esta práctica.
Muchas mujeres usan los llamados productos de higiene femenina, como limpiadores y toallitas íntimas, duchas e incluso desodorantes, con la esperanza de sentirse limpias y frescas. Pero, ¿estos productos realmente ayudan a mantener la salud genital?
Las estadísticas muestran que el mercado de la higiene femenina, en general, aportó millones de dólares a las economías de docenas de países solo en 2017, con China y Estados Unidos a la cabeza.
Sin embargo, en los últimos años, un mantra se ha generalizado en los sitios web médicos y de bienestar y en los materiales educativos sobre la salud vaginal, a saber, que "la vagina es un horno que se limpia solo".
Esta idea se refiere a que la vagina produce naturalmente una secreción que elimina las células muertas y las bacterias, por lo que no es necesario limpiarla con jabones, lavados o duchas vaginales.
Por ello, para mantener la salud vulvar y vaginal, las mujeres deben tener en cuenta que dos aspectos importantes permanezcan equilibrados:
El pH: la medida que denota la acidez o alcalinidad de la zona íntima.
El equilibrio bacteriano.
Los estudios indican que el pH vulvar suele ser de 3,5 a 4,7, mientras que el pH vaginal varía según la edad de la persona y la etapa de su ciclo menstrual.
Por lo tanto, antes de que mujer llegue a la edad reproductiva y comience a menstruar, su pH vaginal será de 7 (neutro), mientras que una mujer en edad reproductiva puede tener un pH vaginal de 3,8 a 4,4. En la menopausia, dependiendo de si una mujer realiza o no una terapia de reemplazo hormonal, su pH vaginal puede ser de 4,5 a 5 o de 6,5 a 7.
Respecto al equilibrio bateriano, cabe recalcar que las poblaciones bacterianas cambian según la fase del ciclo menstrual y, según algunos estudios, las mujeres de etnias diferentes también tienen una microbiota vaginal diferente.
Riesgos de los lavados vaginales
En 2018, los investigadores de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, concluyeron que el uso de desinfectantes en gel estaba relacionado con un aumento de ocho veces en el riesgo de una mujer de desarrollar una infección por hongos y un riesgo casi 20 veces mayor de contraer una infección bacteriana.
El mismo estudio también encontró una asociación entre el uso de lavados íntimos y un riesgo 3,5 veces mayor de infecciones bacterianas, y un riesgo más del doble de tener una infección del tracto urinario (ITU). Los científicos notaron una asociación similar entre el uso de toallitas de limpieza íntima y las infecciones urinarias.
Además, un estudio realizado por la revista Sexually Transmitted Diseases sugirió que aquellas mujeres que tomaron baños de burbujas, aplicaron soluciones antisépticas en la vulva o la vagina, o usaron soluciones y lavados caseros o comprados en la tienda para limpiar la vagina tenían más probabilidades de padecer vaginosis bacteriana.
Entonces, ¿cómo cuidar nuestra zona íntima?
El consenso entre los ginecólogos es que las vagina y las vulva en su mayoría están bien por sí mismas, y que agredirlas con jabones, perfumes, cremas y geles probablemente cause más daño que bien.
Si lo que te preocupa es la forma, el aspecto, el olor de tu zona íntima, lo más adecuado no es acudir a la farmacia o internet para conseguir consejos anecdóticos, sino visitar a un ginécologo.
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